Pensar fuera de la caja
No podemos pensar en el trabajo del futuro si no repensamos en el futuro de nuestra civilización. Lo que caracteriza la civilización actual son patrones de producción, comercialización y consumo irresponsables e insostenibles. El mismo Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) siempre ha afirmado que el calentamiento global y consecuentes cambios climáticos se deben a las actividades humanas caracterizadas por un consumismo desenfrenado, procesos de industrialización insostenibles, producción constantes de armamentos, agricultura intensiva y uso de productos químicos, desperdicio de alimentos, acumulación constante de basura, obesidad y hambruna, crecimiento económico sin límites en un planeta con límites, entre muchos otros aspectos. A todo esto, la tendencia global hacia una elevada desigualdad económica, social y política acrecienta las insatisfacciones y la inseguridad de los ciudadanos. Dentro de este escenario tenemos que repensar el trabajo.
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- ❶ ¿Cómo será un trabajo del futuro? Un trabajo del futuro deberá partir del supuesto que el planeta tiene límites y que, por tanto, no podemos seguir pensando en un crecimiento económico sin límites, o en tecnologías a la vanguardia, cuando aún buena parte de la población mundial tiene problemas de acceso al agua o a los alimentos. Más bien deberíamos empezar a “decrecer” bajando la presión que hoy ejercitamos sobre el planeta, la tierra, los ríos y los mares, reescribiendo el sentido de “bienestar” y de “producto interno bruto”, creando opciones de empleo sostenible pero cambiando los actuales patrones civilizatorios. El trabajo del futuro se desarrollará utilizando fuentes de energía renovables, y disminuyendo la necesidad de energía, usando la luz natural y no artificial; un trabajo que NO contamina y que no desperdicia alimentos es un trabajo del futuro; un trabajo que sigue dependiendo de petróleo y carbón, obviamente es un trabajo del pasado. Un trabajo que NO promueve el consumismo y la venta cotidiana de objetos superfluos y que evita la obsolescencia programada, es un trabajo del futuro. Un trabajo que no cree en el mito de la “competitividad” y que, más bien, promueve la cooperación entre actores económicos y sociales, será un trabajo del futuro. El trabajo del futuro tiene un sentido social y de sostenibilidad que se desmarca del mito de “modernidad” europea y occidental. Es un trabajo que busca su propio sentido en cada rincón de la Tierra, sin compararse con la cultura globalizada dominante. Por el mismo trabajo en el futuro se remunerará por igual a hombres, mujeres, gays, lesbianas, trans, etc, sin discriminación alguna. El trabajo del futuro será aquel que re-descubre la necesidad de re-conectar las zonas rurales y costeras con las zonas urbanas, a los agricultores, artesanos y pescadores con el notario, el ingeniero o abogado de ciudad. El trabajo del futuro promueve una agricultura orgánica y agroecológica en las ciudades; de hecho uno de los trabajos más importantes del futuro será la agricultura, uno de los trabajos más antiguos en esta tierra, pero que lamentablemente se dejó desvirtuar por la revolución industrial, supuestamente "verde". Volver al pasado nos ayudará a seguir hacia el futuro. Las ciudades se morirían de hambre en pocos días si cortáramos las comunicaciones y los canales comerciales con las zonas rurales agrícolas. Pero esos procesos de comercialización deben ser sostenibles, bajar radicalmente la contaminación y concentrarse en lo necesario y no en lo superfluo: empezando por agua, energía, alimentos, vestimentas y viviendas. El trabajo del futuro deberá responder primero a las necesidades básicas, y no pensar en vender más, más, y más de todo lo posible e imaginable. Finalmente será muy necesario dentro de todos los sectores (público, privado, mixto, social y de la sociedad civil) llevar a cabo una planificación estratégica para desarrollo sostenible de corto y largo plazo. Este tipo de trabajo será fundamental en todo tipo de organización humana. ❷ ¿Cómo será el trabajador del futuro? El trabajador del futuro será aquel que antepone el bien común a su posicionamiento o enriquecimiento personal. Será aquel que llega a su lugar de trabajo en bici o en transporte público, no en auto privado; o que podrá trabajar desde cualquier lugar porque se responsabiliza sobre los objetivos. Será aquel que piensa de manera colectiva y no individual, luchando cotidianamente con la lógica individualista que prima en nuestras sociedades. Será aquel que promueve la toma de decisiones conjunta y participativa con las comunidades, la rotatividad constante en los cargos de dirección de las empresas u organizaciones sociales; una persona altruista y con visión inclusiva, anti-racista e intergeneracional. Será aquel que promueve emprendimientos cooperativos, asociativos, donde todos somos dueños y, de esta manera, no generamos desigualdades o las limitamos fuertemente. El trabajador del futuro será aquel que tiene una visión global y de largo plazo de cada proceso, y no se limita a las ganancias o pérdidas de corto plazo. Y eso incluye también a los “representantes” políticos que, al fin y al cabo, son trabajadores públicos, empleados de los ciudadanos que pagan (con los impuestos) sus honorarios, para que representen sus demandas y tomen decisiones para responder a las necesidades de toda una sociedad, con mira al bien común. ❸ ¿Cómo conseguirías ese trabajo de futuro? No se podrá conseguir solo con títulos, sino mucho más con la experiencia concreta de la persona en su cotidiano esfuerzo por limitar el desarrollo de patrones de producción, comercio y consumo insostenibles. La carrera por obtener títulos y más títulos, es la misma carrera insostenible que promueve el crecimiento económico sin límites. Debemos construir espacios de realización personal y humano, no promover la "titulitis". Las acciones hablarán más que los títulos: una persona que promueve el reciclaje, la reducción de las necesidades, que promueve límites claros en nuestros consumos cotidianos o que promueve emprendimientos cooperativos, asociativos y solidarios, entre otros, conseguirá un trabajo del futuro, de lo contrario seguirá atrapado en un trabajo del pasado. Quien promueve explotación, desigualdad, contaminación, entre otros, nunca podrá conseguirlo. Quien promueve y tiene experiencias en revalorizar los territorios, los circuitos cortos de comercialización, procesos de economía circular, entre otros, conseguirá más fácilmente un trabajo del futuro. ❹ ¿Cuáles serán los requisitos de postulación de trabajo en el futuro? Solamente las “nuevas tecnologías” no serán suficientes, hay que juntar la sabiduría popular, la sabiduría del agricultor o del artesano, en constante contacto con la tierra, o con tecnologías adaptadas a patrones de producción y consumo sostenibles. De nada nos sirven las nuevas tecnologías o supuestas “innovaciones” si éstas en realidad son más de lo mismo (business as usual) porque no han cambiado de paradigma y siguen generando contaminación, explotación, acumulación privada de capital y desigualdad, acumulación de basura, inseguridad e insostenibilidad social. Para postular a un trabajo del futuro, NO bastará con ser abogado o ingeniero, habrá que demostrar experiencia y voluntad de renovación en lo político y lo económico, de cooperar y no competir, de “convivir en armonía” con la naturaleza y los demás seres humanos.
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